Es la intervención no farmacológica más importante en pacientes con espondiloartritis, entre las que se encuentra la Espondilitis Anquilosante (EA).
La Espondilitis Anquilosante es una enfermedad reumática. Las características clínicas más destacadas son:
- Factor reumatoide negativo
- Antecedente familiar
- Alta prevalencia de antígeno HLA B-27.
Además de unas características clínicas que incluyen afectación de la columna vertebral y articulaciones sacroiliacas (axial) o de articulaciones periféricas entesitis (más frecuente tendón de Aquiles), dactilitis y manifestaciones como uveítis o conjuntivitis.
Los estudios, junto con la experiencia clínica, han demostrado que el ejercicio tiene un importante efecto antiinflamatorio.
Ejercicio terapéutico en la Espondilitis Anquilosante
Este será mas beneficioso cuando se realizan bajo la supervisión de un fisioterapeuta.
¿Qué tipos de ejercicios?
Hay diferentes tipos de ejercicios que se pueden utilizar:
- Estiramientos
- Movilidad articular
- Fuerza y resistencia (especialmente músculos paravertebrales, abdominales y torácicos)
- Ejercicios posturales
- Ejercicios de respiración
- Ejercicios aeróbicos (p ej. Caminar 30 min diarios).
En la EA, es común el acortamiento y el aumento de la tensión muscular, siendo más frecuente en la musculatura superficial cervical (esternocleidomastoideo y trapecio superior), aductores y flexores de hombro, aductores y flexores de cadera, isquiotibiales y tríceps sural.
A medida que la estabilidad postural se deteriora con la progresión de la Espondilitis Anquilosante (EA), deberán incluirse en el programa de rehabilitación ejercicios para el equilibrio y la postura.
Programas especiales de ejercicios como la Reeducación Postural Global (RPG) o Pilates junto con terapia manual de movilidad de la columna lumbar tienen un efecto positivo en la reducción del dolor a largo plazo, disminución del uso de antiinflamatorios no esteroideos medicamentos (AINE) y mejora en la calidad de vida.
One Comment