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La depresión postparto, depresión perinatal o también llamada depresión mayor postparto se puede presentar en la madre durante el embarazo o tras al parto y muestra características comunes con la depresión en otras etapas del ciclo vital.

Afecta a un 10-15% de mujeres que han dado a luz y tiene una repercusión significativa en la salud física y mental de la madre y el hijo. 

¿Cuáles son las manifestaciones en la depresión postparto?

Podemos identificar síntomas como la tristeza, fatiga, alteración del sueño y del apetito, pérdida de memoria, irritabilidad, sentimientos de culpa, pérdida de la líbido, miedo a autolesionarse o dañar a su bebé, sobreprotección del hijo/a, sensación constante de estar sobrepasada por la vida cotidiana y sentimientos de inadecuación.

Pueden aparecer también dificultades para la lactancia, sentimientos de ser un fracaso como madre y dificultades para vincularse emocionalmente con el bebé. En algunas madres pueden existir pensamientos obsesivos, a veces relacionados con dañar al bebé. 

¿Hay factores que aumentan la vulnerabilidad a padecerla?

Las mujeres con antecedentes de depresión crónica, bipolaridad u otras psicopatologías son más susceptibles de tener depresión posparto; de la misma forma, las que han sufrido episodios previos de depresión posparto tienen mayor riesgo de padecerla de nuevo.

No confundir la depresión postparto con la reacción depresiva puerperal

Hay que diferenciarla de la reacción depresiva puerperal, baby blues o depresión postparto leve, la cual afecta al 30-75% de las mujeres recién paridas y se expresa mediante cambios del estado de ánimo debidos, principalmente, a alteraciones hormonales y psicosociales.

Sus síntomas se inician entre el segundo y cuarto día tras el parto y desaparece a las dos semanas aproximadamente sin necesidad de tratamiento.

¿Cómo puede afectar al bebé?

La interacción entre mujeres con depresión posparto y sus hijos se distingue por falta de responsabilidad, pasividad y falta de respuesta a las necesidades del bebé, alejamiento o evitación, pudiendo afectar al vínculo madre-bebé.

¿Qué tratamientos hay?

Se ha demostrado el beneficio de las intervenciones psicológicas tempranas, dado que el trastorno en el vínculo materno-infantil afecta de manera determinante la conducta del niño.

En algunas ocasiones es necesario tratamiento psicofarmacológico.

La detección precoz y el tratamiento por parte de un especialista de la salud mental son fundamentales.

Si bien durante la gestación o tras haber dado a luz a tu bebé sospechas que puedes estar padeciendo síntomas depresivos, no dudes en acudir a un profesional de la salud mental que pueda hacer una evaluación, diagnóstico y en caso necesario inicie un tratamiento especializado.

En Clínica Global contamos con profesionales de la psicología clínica que estarán encantados de ayudarte para que superes esta situación, realizando una detección precoz y estableciendo un tratamiento especializado si lo necesitaras. Consúltanos sin compromiso.

 

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